lunes, 14 de septiembre de 2009

4.1 EL CLIMA

Los científicos prevén que las regiones polares del hemisferio norte se calentarán más que otras zonas del planeta, y que los glaciares y el hielo del mar perderán extensión. La nieve desaparecerá en las regiones que ahora presentan nevadas suaves durante el invierno. En las montañas de zonas templadas las nieves perpetuas se localizarán a mayor altitud y los mantos de nieve se fundirán antes. Las temperaturas invernales y nocturnas tenderán a subir más que las diurnas y estivales. Muchas de estas tendencias están comenzando a aparecer. Las temperaturas árticas, por ejemplo, han subido casi el doble de la media global en los 100 últimos años.
Un mundo más caliente será, en general, también más húmedo, como consecuencia de una mayor evaporación del agua de los océanos. Una atmósfera más húmeda puede contribuir a provocar mayor calentamiento. Por una parte, el vapor de agua es un gas de efecto invernadero y su mayor presencia aumentará aún más el calentamiento. Por otra, más vapor de agua en la atmósfera forma más nubes que reflejan la luz solar de vuelta al espacio y reducen el proceso de calentamiento (ciclo del agua). No sabemos cuál de estos efectos predominará en el futuro y los científicos tienen en cuenta ambas opciones al predecir los aumentos de la temperatura. Esta es una de las razones principales de que las predicciones contengan intervalos de temperaturas altas y bajas para diferentes supuestos de emisiones.
Se prevé que las tormentas serán más frecuentes e intensas en las zonas más calientes. También el agua del suelo se evaporará más rápidamente y provocará que este se seque más rápido entre los periodos de lluvias. Algunas regiones podrían estar más secas que ahora. En general, se supone que las mayores latitudes recibirán más agua de lluvia y que las zonas subtropicales recibirán menos. Estos desplazamientos de los patrones de precipitación (tanto de lluvia como de nieve) se han observado en muchas regiones desde 1900. Se ha detectado un aumento sustancial de la humedad en las regiones orientales de América del Norte y del Sur, norte de Europa y norte y centro de Asia. Un ambiente más seco ha prevalecido en la región Sahel del oeste de África, sur de África, mediterráneo y zonas del sur de Asia. Se prevé que las sequías serán más intensas y prolongadas, aunque esto ya se viene observando desde la década de 1970, sobre todo en los trópicos y subtrópicos.
Cabe esperar que los patrones climáticos sean menos previsibles y más extremos. Se prevé que los trayectos de las tormentas se desplacen hacia los polos, desplazando los patrones de viento, lluvia y temperatura. Las olas de calor serán más frecuentes e intensas, una tendencia ya observada. Es probable que los huracanes, tormentas violentas que descargan su fuerza sobre el agua caliente del océano, sean más violentos. La intensidad de los huracanes ya ha aumentado desde la década de 1970.

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